Hacia ti



Foto de mis talleres de "La chispa de la infancia", asomándonos al misterio del océano. 


Ya se aproxima el tiempo. El tiempo de conocerte, de descubrirnos. Saboreo las semanas últimas contigo dentro. Y sonrío. Siento la gracia y la dulzura que supone gestar, soy afortunada, lo sé, no siempre puede vivirse así. Lo atesoro en mi corazón, lo vivo como un regalo del cielo. Y doy gracias. 

Estas tardes de otoño me vuelven también a mi otoñal y hacia dentro. Escribo mientras susurra el viento y las hojas se mecen y hablan. La lluvia cae y el corazón se impregna con sus gotas. Me dejo mojar, dejo que mi cuerpo se abra a las maravillas que incluso la ciudad me ofrece, cuando estoy atenta.

¿Qué me recuerda este tiempo? Todo es incierto y el parto está rodeado de universos de posibilidades. Sólo puedo elegir quién me acompaña y dónde. El resto, sabe Dios. Y así está bien. Lección de vida para recordar la entrega necesaria, la apertura. De cuerpo y corazón. Cuerpo y corazón sólo uno. La misma cosa. Cuando estés naciendo, sólo podré ponerme al servicio de la vida. ¿Y si duele demasiado?, ¿ y si algo se tuerce?. Al servicio. Con la actitud necesaria para abrirte paso y a la vez, abrirme yo paso. ¿Quién seré yo esta vez cuando nazcas?, ¿y mientras naces?, ¿podré amamantarte igual de bien y fácil que a tu hermana?. Sabe Dios. 

Me siento calmada. Serena. Como las hojas otoñales que se mecen y caen del árbol asumiendo su destino. Caer. Morir. Renacer. A veces me inquieto, bastante, y me desvelo. Me pongo a planear, a imaginar, ¿y si hago tal cosa para sentirme más segura?, ¿y si esto sale mal por no haber hecho tal otra?. Agota. Tratar de controlar agota y te aleja de la verdad. 

Pariré como tenga que parir. No puedo no parir, ir en contra de lo que Es. Que la instancia, la mujer, la parte de mi que sabe parir, sea la que se ocupe. Que el miedo se coloque a un lado. Para no empañar. Para dejar que suceda la vida. Que la Madre y la Hija se encuentren y se miren. ¿Podré amar tanto a otro ser?, ¿sabré dar a cada una lo que necesita y merece? Amar es atender. Dice Pablo D'Ors. Atender al otro de manera que puedas escucharle (escuchar es un milagro) y percibir qué necesita, quién es. 
Amar a un bebé suele ser muy fácil. Su olor, la textura de su cuerpo, toda la naturaleza dispuesta para el amor. Para amarnos y atendernos. El reto es seguir amando a otros a pesar de ser diferentes a ti, pensar diferente, sentir diferente, mirar la vida con diferentes gafas. Amar es respetar. 

Ya se aproxima el tiempo. Aún queda y ya no queda nada. Mi rostro se vuelve hacia el parto, camino hacia el final del túnel. A tu encuentro, mi amor. 


Natalia Navarro 
"La que cuida"

20/11/2018



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